Flora y Fauna de Laponia
y numerosos bosques de coníferas, de pinos, abetos y abedules
Flora y Fauna de Laponia
Finlandia, en lo que a naturaleza se refiere, destaca por sus lagos, pero también por sus extensos y numerosos bosques, bosques en los que destacan los bosques de coníferas, de pinos, abetos y abedules. Entre su fauna, los renos, los alces o los cisnes, el zorro ártico, el lince boreal…
Alrededor de las tres cuartas partes de Finlandia están cubiertas de bosque. En 2005 esta superficie representaba el 66,5% con una rica flora y fauna.
Flora en Laponia
Lo más abundante en todo el territorio de Laponia es la tundra, palabra que proviene de la lengua Sámi y que se ha convertido en término internacional para designar este tipo de vegetación. Sin embargo, la variedad existente es muy amplia y, en determinadas épocas del año, el colorido de la flora es espectacular, sobre todo a comienzos del otoño, cuando los árboles se tiñen de tonos rojos y dorados.
La principal característica de la tundra es la ausencia de árboles. Mientras, en los bosques proliferan las coníferas, más conocidas como “taiga”. Aunque sin duda el rey de la flora de Laponia es el pino, sin embargo el Abeto no es tan común. También es muy común en los bosques de pinos el liquen.
Finlandia posee alrededor de 1.200 especies de plantas, con abundancia de helechos y aproximadamente 1.000 variedades de líquenes.
El pino enano crece en el terreno pantanoso y hay muchos de estos en Laponia. En las zonas montañosas de Laponia reinan los terrenos arenosos donde no hay árboles. Las plantas, más comunes son: Abedul de montaña y el abedul enano que sube hasta la cumbre de éstas.
Las plantas de Sotos se encuentran en las orillas de los arroyos, cerca de los lagos y ríos rápidos. La abundancia de liquen, bayas de corneja y arándanos azules árticos recuerdan constantemente que se está en el territorio ártico. En los secos brezales se puede encontrar la más bonita flor llamada: La Anémona de Laponia.
Al final del Noroeste de Finlandia, en la frontera con Noruega, la naturaleza cambia con respecto a las otras partes de Laponia porque la flor de montaña crece en mayor proporción, por ejemplo; La Drosera de Montaña crece en algunas partes entre los musgos intensos. Donde crecen los abedules hay bonitos bosquecillos. Pasando esta zona crece una de las plantas más bonitas de Finlandia que se llama Rododendro de Laponia.
Fauna en Laponia
La variedad de los animales no es tan grande pero es impresionante, el más común es el reno que tiene sus orígenes en el ciervo, y que se adaptaron perfectamente a las duras circunstancias del clima de Laponia. Los escasos renos salvajes (pues en su mayoría han sido domesticados por el pueblo lapón) constituyen una de las 25 especies en peligro de extinción. Se calcula que hay unos 55.000 alces y renos.
La tundra y los bosques de esta región acogen algunos de los animales más emblemáticos de la fauna europea, como el alce, la grulla, el oso pardo, el glotón, el lobo o el lince boreal. Sobre todo destacamos el oso, el lobo, el lince y el zorro polar, que habitan principalmente las regiones menos pobladas del norte.
Los bosques son el hábitat de especies de aves poco comunes, hay más de 175 especies de pájaros que han sido identificados en Laponia, entre las que destacamos el ave de rapiña Buharro, búhos, pájaros carpinteros y la mayor población de águilas de Finlandia se encuentran en Laponia.
El río Teno, situado en la frontera de Noruega con Finlandia, cuenta con una gran variedad de peces, entre los que destaca el salmón del Atlántico que puede llegar a pesar 25 kg. Entre los peces de agua dulce destacan la perca, el salmón, la trucha y el lucio, y de agua salada, el bacalao, el arenque y el róbalo.
La ganadería del Reno
Los samis han sido tradicionalmente nómadas dedicados al pastoreo de renos, la caza y la pesca. En nuestros días unos 7.000 lapones practican todavía este método de supervivencia y se calcula que poseen cerca de medio millón de renos.
La cría del reno requiere un alto grado de coordinación entre las familias y comunidades samis. Así, cada familia pertenece a una especie de cooperativa que migra con sus rebaños por la zona asignada. Estos grupos de propietarios se unen en distritos para promover los intereses de toda la comunidad que se dedica al pastoreo.
Sin embargo la llegada de inmigrantes, centrales hidroeléctricas, minas y turismo, han modificado en gran medida la vida de este pueblo. El impacto ambiental y la contaminación han reducido los pastizales y muchos pastores han tenido que optar por una vida sedentaria.
Los samis pastores que todavía se dedican a los renos han cambiado las largas marchas durante meses por el uso de automóviles, motos de nieve, trineos… con lo que la ganadería es hoy un negocio más que una forma de vida.
Al ser un pueblo amenazado social y culturalmente (la identidad de este pueblo se vio debilitada por los esfuerzos que, durante décadas, realizaron los países nórdicos y Rusia para que esta etnia se integrase en su cultura) no todos ellos hablan la lengua sami.
Tal vez sólo la mitad conservan todavía su idioma, del que hay diez variantes. El idioma sami más hablado cuenta con unos 30.000 hablantes. El resto de las variantes tienen en general menos de 500 hablantes cada uno. Los lenguajes sami pertenecen a la familia lingüística finoungárica y comparten el mismo origen que el finlandés, estonio y húngaro. El idioma sami tiene unas 400 palabras para ‘reno’ y una palabra del lenguaje sami se ha extendido por todo el mundo: ‘tundra’.